Después del ocaso, el recreo y juerga continua para todos, pues el transitado boulevar mancoreño atesora a las bronceadas veraneantes que llegan a desbordar alegría y que sedientas de diversión con “chela” o trago en mano disfrutan de los transformados pub´s que durante el período solar fueron cevicherías frente al mar; mientras se oye sendos gritos: “¡Que siga la juerga...!”, se suman los chicos a la algarabía. No descartes encontrara algún megaevento con la participación de las mejores "colitas" del Perú. Gente de la farándula regional y nacional también se dan sus paseitos por esta paradisiaca playa.
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